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Finales que traen los Eclipses.


En el desprendimiento de algo que venimos sosteniendo, algo se airea, se renueva. Cuando no lo elegimos, cuando sentimos que algo nos es arrebatado de las manos y el corazón, en el momento no podemos ver que eso nos esta trayendo disponibilidad y espacio. Es una vertiginosa posibilidad de movernos de algo que en el fondo, sabíamos que se sentía incomodo, incoherente o injusto para quienes somos o para quienes nos queremos transformar.

Y está bien que no podamos ver la gracia horrible del desprendimiento en el preciso momento, es parte hundirnos en el vacío y en el dolor. El otro día en el taller de Eclipses hablábamos que en un eclipse solar, como el que ocurrió hace 6 meses en libra, uno sabe que aparece el cambio o ajuste en la vida, pero no es hasta seis meses después (por lo menos), que entendemos más el por qué de ese cambio, de ese movimiento, de esa perdida o despedida.


Se siente critico, catártico y hasta anti natural soltar algo que sentimos que es parte nuestra, sea un trabajo, un país, una relación, una identidad. Pero si se va.. algo de eso ya no era real, autentico y genuino para tu ser. Algo prescribió, pereció.

Los eclipses afinan el velo y nos muestran que algo se orquesta y nos cambia de dirección. Hay una voluntad que va mas allá de nosotrxs que nos empuja a encontrar los recursos para lidiar con esos desvíos, duelos, sucesos. En ese camino encontramos rasgos nuevos, incluso hasta nos desconocemos porque nos limitamos a creer que somos siempre de tal forma. El destino nos pone a prueba y nos damos cuenta que somos tanto mas, tanto mas.


Aunque creíamos que no podíamos, pudimos y esta no será la excepción.


Es posible que se estén presentando finales emocionales, nostalgias de viejo lugar que ya no esta, que no existe pero también claridad de lo que cultivamos hasta acá, de los nuevos equilibrios que estamos aprendiendo a sostener.

Todo lo que pasó por nuestra vida, mas o menos agraciado, sigue estando con nosotrxs porque hemos aprendido de eso, lo hicimos carne, experiencia, cuerpo. Todo lo que construiste en ese vacío, es gracias a tu apertura, a tu corazón, a tu inmensidad y resiliencia.

Ese desgarro es la horrible y gran oportunidad de ver que vacíos estábamos tapando inconscientemente, que huecos queríamos disimular con algo que no estaba en sincronía con nuestro corazón. Las cicatrices son recuerdos que amamos, que vivimos y que morimos. A veces veo el dolor como ganchos que me atrapan pero también veo cada capa del dolor como los ganchitos de un cierre metálico, que van ensamblando en camino perfecto y parece una herida sanada.


La vida es una lección de amor, en el contraste del dolor, en el contraste de la luz y la sombra que me traen los eclipses, vuelvo a mi cada vez. Hay cosas que hubiese no elegido, pero de eso, aprendi a darme cuenta que no hay un error por lo que me cuesta dejar ir, no hay un error en como lidio con algo. Si estamos acá es por algo, no es un error tu personalidad, tu encarnación, tus reacciones y siempre hay lugar para volver a empezar, para poder tener mas compasión con lo que te pasa. Aceptar donde estamos parados es lo que nos permite hacer algo con eso.


Hoy tengo mas espacio para escuchar los pedidos de mi dolor, para no juzgarlos, para ver que lo que habla son mis heridas todavía no sanadas, no reconocidas o aceptadas. Hoy tengo mas espacio para no engancharme tanto tiempo en el remolino de la mente que me intenta mantener a salvo pero me hunde en un infierno. Me re enriedo todavía pero hoy despues de mucho tiempo y practica y hartazgo, estoy aprendiendo a entrar y salir mas rápido y lleva mucha practica pero soy la responsable de cuidarme. Algunas cosas las busco para tapar un vacío y esta bien, descubrir eso es darme cuenta que solo ese vacío se calma con mi presencia, con la ternura de mirarme aprender. Puedo diferenciar los pedidos defensivos del ego y del anhelo de lo que pide armarse por amor en mi vida.


Lo que es real para nosotrxs no se ve y sin embargo, acá esta. Siempre. Un espacio dentro nuestro de validación, de aceptación y de benevolencia con nuestra humanidad.

El otro día decía en clase que durante temporada de eclipses, lo que se siente incoherente para el ego, se siente coherente para nuestra alma y rendirse ante eso requiere de mucha escucha interna, de mucha disciplina y entrega. No es fácil, pero se puede de a poquito practicar confiar en unx, en aprender a darnos la mano para salir andando.


Temporada de eclipses, Quirón activo en el cielo y el sol en conjunción a Neptuno: nos salen alas cuando podemos elevarnos detrás del ego, para vernos, para aceptar, para rendirnos ante la vida y para amarnos tal como sos.  Les prometo con el corazón, que más que seguir aprendiendo cosas, tenemos que desprender todo lo que nos decimos, pensamos o creemos que esta alejado de una percepción de amor hacia nosotrxs mismxs. Y lo prometo porque estoy aprendiendo por primera vez en la vida que es posible. Y el sol al lado de Neptuno en Piscis, el signo del amor y la devoción, me hace sentir que es posible disolver todas esas barreras de miedo y dolor en quienes creemos que somos. 

Con profundo amor,

Ailu.




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